viernes, 15 de enero de 2016

HEMOGLOBINA

Es una proteína, una molécula compleja formada por una cadena de aminoácidos, una proteína llamada globina, y el grupo hemo.

Es el pigmento rojo que da color en la sangre, cuya misión exclusiva es transportar oxígeno y dióxido de carbono. La hemoglobina tiene la propiedad de formar una unión química poco estrecha con el oxígeno; los átomos de hierro en la molécula de la hemoglobina.

En el órgano respiratorio, pulmón, el oxígeno se difunde hacia el interior de los glóbulos rojos desde el plasma, y se combina con la hemoglobina (hb) para formar oxihemoglobina (HbO2) : Hb + O2 = Hb O2. La reacción es reversible y la hemoglobina libera oxígeno cuando llega a una región donde la tensión oxígeno es baja, en los capilares de los tejidos. La combinación de oxígeno con la hemoglobina se compone de un pigmento, el hem, combinado de una proteína la hemoglobina.


Esta proteína está presente en el torrente sanguíneo y permite que el oxígeno sea llevado desde los órganos del sistema respiratorio hasta todas las regiones y tejidos. Es posible identificar la hemoglobina como una heteroproteína ya que, de acuerdo a los expertos, se trata de una proteína conjugada (donde es posible apreciar una parte proteica bautizada como globina con una parte no proteica que se conoce como grupo prostético).

Como sabemos la hemoglobina es un pigmento de tonalidad rojiza que, al entrar en contacto con el oxígeno, se torna de tono rojo escarlata (el color típico de la sangre de las arterias). Al perder oxígeno, en cambio, la hemoglobina se vuelve rojo oscuro, que es el color que caracteriza a la sangre de las venas.

Dos pares de cadenas polipeptídicas componen la hemoglobina y cada una de ellas está unida a un grupo hemo. Los átomos de hierro de estos conjuntos les permiten enlazarse, de manera fácil de revertir, a una molécula de O2. Al quedar unida con oxígeno, la hemoglobina recibe el nombre de hemoglobina oxigenada u oxihemoglobina. En cambio, si pierde oxígeno, se habla de hemoglobina reducida.

Es posible diferenciar entre distintos tipos de hemoglobina. La hemoglobina de tipo A, también conocida como hemoglobina normal o de adulto, está compuesta por un par de globinas alfa y 2 globinas beta. La hemoglobina A representa cerca del 97% de la hemoglobina en una persona adulta. La hemoglobina A2 (2 globinas alfa y la misma cantidad de globinas delta), por su parte, supone menos del 2,5% de la hemoglobina tras el nacimiento.

Diversas patologías también generan diferentes tipos de hemoglobina o alteraciones en las cantidades normales. La hemoglobina S está presente en algunos tipos de anemia, mientras que la hemoglobina glucosilada aumenta con la diabetes.

Para establecer la cantidad de hemoglobina presente en la sangre de una persona y así poder detectar si sufre de alguna de las posibles formas de anemia, se realiza el análisis pertinente, que puede incluirse en una extracción rutinaria. Si bien no se necesita ningún tipo de preparación previa al examen, resulta indispensable indicar al profesional de turno si se ha recibido una transfusión en el transcurso de los tres meses anteriores o si se ha consumido nicotina minutos antes, dado que cualquiera de estas situaciones puede alterar el nivel de hemoglobina.

Una de las causas más comunes de un bajo nivel de hemoglobina en la sangre es una dieta deficiente, poco nutritiva; sin embargo, también pueden originarlo el hecho de no consumir suficiente hierro, la presencia de parásitos en los intestinos, las hemorragias causadas por úlceras en el estómago o por un exceso de menstruación, entre otros factores. Un motivo que excede la voluntad de una persona es una cirugía, dado que en este tipo de intervenciones se pierde mucha sangre. Algunos de los síntomas presentes en estos casos con la debilidad y la falta de energías para realizar tareas comunes y poco exigentes, la taquicardia e incluso insuficiencias cardíacas.


Se conoce como efecto Bohr al fenómeno mediante el cual la hemoglobina pulmonar se oxigena, con la consiguiente expulsión de oxígeno presente en los tejidos, debido al pCO2 y el pH. Los músculos, que como otros tipos de tejido metabolizan rápidamente, cuando se contraen producen considerables volúmenes de iones de dióxido de carbono e hidrógeno. La hemoglobina se ha adaptado para conseguir enviar el oxígeno donde más se lo necesite, y ha aprendido a actuar frente a las acumulaciones de los dos compuestos recién mencionados. Cuando disminuye la cantidad de pH, la hemoglobina presenta una atracción menor al oxígeno, por lo cual si se encuentra con una zona en la que se esté produciendo este descenso, reacciona liberándolo.









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