miércoles, 9 de marzo de 2016

PABLO PICASSO

PABLO PICASSO A 50 ANIVERSARIO DE  SU  MUERTE

Desde la ciudad de Málaga, donde nació el pintor. Desde allí, un recorrido biográfico de Picasso con motivo del 50 aniversario de su muerte. Un recorrido por A Coruña, Barcelona, París, Madrid o Guernica, además de la propia Málaga. 

Se hará el recorrido salpicado con la opinión de historiadores del arte y expertos en la obra del pintor malagueño.   

El artista más influyente de la Historia contemporánea

Uno de los mayores pintores que participaron en muchos movimientos artísticos que se propagaron por el mundo y ejercieron una gran influencia en otros grandes artistas de su tiempo. 

“La línea del destino.
Pablo Picasso en Vallauris”, 1952.
Fotografía de Robert Doisneau
En bcn.cat/museupicasso/es
Laborioso y prolífico, pintó más de dos mil obras, presentes en museos y colecciones de toda Europa y del mundo.

Pablo Picasso es, sin lugar a dudas, uno de los artistas plásticos más famosos del mundo. Su obra trasciende todo tipo de fronteras y de clasificaciones; tan vasta y diversificada como única, supuso un antes y un después en la producción artística a nivel mundial. 

Polémico, controvertido, con un talento sin límites y una insaciable necesidad de crear, su frase más conocida refleja fielmente su personalidad: “cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando”. El arte de Picasso es multiforme y cambiante; el artista se nutrió del pasado y del presente para crear sus obras, anticipando lo que vendría años e incluso décadas después. Porque el arte contemporáneo jamás sería lo que hoy es sin la influencia de Pablo Picasso: un artista que pasó por su época como un tren sin frenos, arrollando las fronteras del arte del siglo XX y abriendo nuevos e insospechados caminos creativos.

Pablo Ruiz Picasso nace en Málaga en 1881. Hijo de un profesor de dibujo, demostró desde muy pequeño una gran habilidad para el dibujo y la pintura. Su infancia transcurrió entre Málaga y la Coruña, ciudades donde fue destinado su padre.

José Ruiz y Blasco
Su padre, José Ruiz y Blasco, era pintor y trabajaba como ayudante de dibujo en la Escuela de Bellas Artes de Málaga. También era Conservador del Museo Municipal. Su influencia fue determinante para encauzar la carrera del niño hacia el arte; de hecho, fue el primer profesor que tuvo el futuro artista durante su infancia y su juventud.


El despertar del talento: los primeros años 

 
Según Pierre Cabanne, uno de sus biógrafos, fue un niño independiente y con carácter. Con tan solo dos años de edad se traslada con su familia a la casa de su abuela materna, donde también residen dos de las tías del niño. Durante su infancia la presencia femenina fue una constante; en muchas ocasiones, Picasso fue el centro de atención. 
El pequeño picador amarillo.

Pablo Picasso demostró desde el principio su talento para el dibujo y la pintura. Hoy se conserva una obra suya pintada a los seis años, El pequeño picador amarillo.

El óleo muestra a tres personajes situados tras la barrera. Dos figuras masculinas aparecen mirando hacia el tendido, mientras que una figura femenina aparece de perfil, mirando hacia la izquierda con el rostro maquillado de blanco, con una actitud aparentemente despreocupada por la acción que acaece sobre el albero.

El personaje principal de la obra es un picador. Picador en tauromaquia es como se denomina al torero a caballo que pica (del verbo picar) con la llamada vara de detener —pica, garrocha o rejón— a los toros durante una corrida de toros,  que aparece sentado sobre su esquelético caballo de lidia, el cual se muestra sin el peto de protección y con los ojos vendados, tal y como exigía el reglamento taurino de la época, pero curiosamente, es el propio picador quien no cumple con la referida reglamentación, ya que no porta la pica que da nombre a su profesión.

Ambos están situados junto al burladero, mientras esperan sosegadamente la embestida del morlaco. La figura del picador, que se muestra de perfil, aparece con el ojo perforado por un objeto punzante (al igual que otros dos personajes), resultado de una niñería de Lola, la hermana pequeña de Picasso. En la obra se aprecia una acusada desproporción del volumen de los personajes, característica que Picasso jamás abandonaría en sus obras futuras.

El caballo es excesivamente menudo para el picador, mientras que las figuras del público son demasiado grandes teniendo en cuenta que se sitúan al fondo de la escena. Estos tres personajes del público van ataviados de manera muy dispar; el personaje masculino de la izquierda porta un sombrero de ala ancha y la mujer se cubre con una mantilla (ambos con vestimenta popular andaluza), mientras que el personaje de la derecha aparece con un bombín sobre su cabeza, signo de posición social más elevada.

El pequeño picador amarillo, en donde ya se vislumbra su dominio de los volúmenes y el color, así como la originalidad de su punto de vista y su planteamiento de las escenas. Durante la adolescencia empieza a pintar obras realistas de magnífica factura como La primera comunión.

Un gran ejemplo es “Primera Comunión”, una de sus primeras pinturas. Aquí vemos el producto de un-Picasso de 15 años, que todavía estudiaba los maestros de antaño. Picasso asumió esta desafiante escena por sugerencia de su padre, para una importante exposición en Barcelona. 

Modeló a su padre como el sacerdote, a su hermana como la niña que hace su Primera Comunión y al hijo del amigo de su padre como el monaguillo.

Lola
Picasso realizó un gran número de retratos de su hermana durante el periodo de formación y en el museo conservamos muchos dibujos y retratos de Lola, entre ellos el óleo Primera Comunión, ubicado en la Sala 1 del museo y la obra Lola, la hermana de la artista en el estudio de la Riera de Sant Joan, situado en la Sala 4.
Lola



En su libro “Mi vida con Picasso” Françoise Gilot, una de sus parejas, citaba estas palabras del artista: “Cuando yo era niño, mi madre me decía: ‘Si llegas a ser soldado, serás general. Si cuando seas mayor eres monje, llegarás a ser Papa’. Pero en lugar de todo eso fui pintor y terminé siendo Picasso”.

María Dolores Ruiz Picasso, hermana de Pablo Picasso y familiarmente conocida como Lola, nació en Málaga en 1884 y fue la modelo por excelencia de los retratos tempranos de Picasso. Su primer retrato fecha del 1 de diciembre de 1894.

Ya en su juventud, la familia se trasladó a Barcelona, donde recibió clases superiores de dibujo, que compaginaba con otras de pintura en Madrid. Fue entonces cuando comenzó a pintar.

  En 1896 Picasso había recibido muy buenas críticas con una obra de carácter costumbrista: La Primera Comunión, pintura presentada en la III Exposición de Bellas Artes e Industrias Artísticas de Barcelona. Ello llevó al padre del artista a alquilar un estudio para su hijo, en el número 4 de la calle de la Plata del Barrio de la Ribera. Allí pintaría Picasso su obra Ciencia y caridad.

Entre diciembre de 1896 y marzo de 1897, con apenas dieciséis años, Picasso pinta, la que podemos considerar su primera obra maestra: Ciencia y Caridad de Picasso. El lienzo, enmarcado en el “realismo social” de la época, supone el cénit de su etapa academicista y formativa.

“Ciencia y caridad", 1897. Museo Picasso de Barcelona.
En wikiart.org

Ciencia y caridad. La pintura aporta una visión un tanto edulcorada de la pobreza, al mostrar     una escena interior (una habitación pequeña, iluminada con una luz tenue) en la que un doctor consulta su reloj mientras toma el pulso a una mujer de mirada lánguida  postrada en la cama, y una monja, con un niño en brazos, ofrece una bebida  a la paciente.

Un impresionante interior que parece prefigurar su siguiente etapa, el Periodo Azul. En los años siguientes Picasso se matriculará en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Sin embargo, sus biógrafos coinciden en señalar que el artista acudía rara vez a las clases; en su lugar, pasaba la mayor parte del tiempo en el Museo del Prado analizando la obra de maestros como Zurbarán, Velázquez, Goya o El Greco.


París, suicidio y precariedad. La Etapa Azul

 En 1900, la pintura de Pablo Picasso ya ha experimentado una evolución sorprendente que le hace destacar por encima de la mayoría de sus coetáneos. Sin embargo, el reconocimiento de su talento y de su arte todavía estaría por llegar. Los inicios del siglo XX son años de precariedad para el artista, que por entonces vive en Barcelona y frecuenta el café Els quatre cats. El establecimiento reunía por entonces a los intelectuales y artistas más vanguardistas de la ciudad; es precisamente en este local donde organiza la primera exposición de sus obras. 

"La habitación azul”, 1901.
El año siguiente viaja a París y queda deslumbrado por el Museo del Louvre y el Museo de Luxemburgo, así como por la obra de Toulouse-Lautrec o Degas, entre otros. Ese mismo año tiene lugar su primera exposición en la capital francesa; en los tres siguientes crea las obras pertenecientes a la Etapa Azul.

El imaginario picassiano de este periodo se decanta por figuras estilizadas y delgadas, con una clara influencia de artistas como El Greco. Los tonos son fríos, especialmente azules y verdes en distintas gradaciones. Se puede percibir la influencia de pintores como Gaugin en los duros recortes y perfiles de las zonas de color, así como la temática social que también se refleja en las pinturas de Manet o Tolouse-Lautrec. 

En 1901 se suicida Carlos Casagemas, artista de talento e íntimo amigo de Picasso (de quien se había distanciado tras una discusión). Aunque el pintor no estaba presente en el momento del suicidio, le afecta profundamente. Como él mismo comentaría más adelante: “empecé a pintar en azul cuando me enteré de la muerte de mi amigo”. 

Fueron años difíciles para Picasso, cuya sensibilidad hacia los más débiles y sus propias dificultades para vender su obra hacen que se encuentre inmerso en una época oscura, sombreada por la depresión, que queda reflejada en sus trabajos.


 La Etapa Rosa: primeros pasos hacia la abstracción

En el año 1904, el siempre cambiante arte de Pablo Picasso experimenta una transformación progresiva que lleva a sus pinturas a adquirir nuevas tonalidades. De los tonos fríos y sombríos de su periodo anterior, las imágenes pasan a adquirir matices rosados, rojizos y anaranjados, cálidos y mucho más “confortables”.

  Es la Etapa Rosa de la pintura de Picasso, que abarca los años entre 1904 y 1906 (coincidiendo con su relación con Fernande Olivier, considerada una de las personas que más influyó en la evolución de su pintura). Los años de depresión parecen haber quedado atrás: el imaginario del artista se puebla de familias y troupes de artistas circenses, así como de personajes sacados de la Comedia del Arte italiana. Estas referencias llegan para quedarse: Picasso volverá a esta temática de forma recurrente a lo largo de su vida.  

"Familia de saltimbanquis”, 1905.

Aunque las obras de la Etapa Rosa parecen abandonar el espíritu sombrío de los años anteriores, los personajes siguen mostrando actitudes melancólicas e introspectivas. Sin embargo, este periodo supone una importantísima evolución en el arte de Picasso: las imágenes ya no se centran en el tema reflejado, sino que el tema empieza a ser un mero vehículo para el desarrollo de la pintura en sí.


 El estilo único del artista empieza a cobrar vida propia; formas y volúmenes de color empiezan a fluir en pos de una esencia mucho más abstracta. Si bien el realismo sigue muy presente en esta etapa (sobre todo en rostros y detalles), las zonas de color casi planas, la línea negra que subraya los volúmenes y los fondos difuminados de las obras avanzan muchas de las claves del arte abstracto y el cubismo que vendrían décadas después.

ETAPAS AZUL Y ROSA


En 1900, viajó a París, y comenzó lo que se denomina su etapa azul (1901 - 1904). En esta etapa realizó una serie de pinturas melancólicas, casi tristes, en la que utilizaba sobre todo la gama de tonos azules.


"La habitación azul' suele fecharse con el año 1901, los inicios de la carrera de Picasso y de su melancólica etapa azul, cuando estaba en París.

Actualmente el lienzo es propiedad de la Phillips Collection, de Washington, EE.UU.

El descubrimiento de la misteriosa figura masculina tras la superficie de la obra, tiene a los científicos investigando ¿quién es?' para responder a esa pregunta".

Otra pregunta es, ¿por qué decidió Picasso pintar otro cuadro sobre este retrato? Cuando al pintor malagueño se le ocurría una idea «tenía que hacerla realidad. No podía permitirse comprar lienzos nuevos cada vez que quería llevar a cabo una idea.

 A veces trabajaba sobre cartón porque el lienzo era mucho más caro». No es la primera vez que se encuentra un retrato oculto en un cuadro de Picasso. Algo similar ocurrió en el caso de «Mujer planchando», que pertenece al Museo Guggenheim de Nueva York, en el que los investigadores encontraron a un hombre con bigote..

En 1904, dio comienzo su etapa rosa

(1904 - 1906), donde el azul fue sustituido por este otro color, los protagonistas de sus obras eran, entonces, arlequines, acróbatas y demás personajes de circo.

Posteriormente, se instaló definitivamente en París. Los años 1905 y 1906 fueron fundamentales para la evolución de su pintura: descubrió el arte de los iberos (antiguos pobladores de la península Ibérica) y el arte de África y Oceanía. Además, recibió la influencia Cézanne, pintor que representaba la naturaleza con cilindros, esferas y conos.

El arte africano y el Cubismo Analítico/Sintético

“Les demoiselles d’Avignon”, 1907

El arte africano, y muy especialmente las máscaras talladas y decoradas procedentes del continente, ejercieron una enorme influencia sobre muchos artistas de vanguardia de la primera mitad del siglo XX. 


Las expediciones que se realizaban a distintos puntos del planeta, y muy especialmente a las regiones más apartadas de África, propiciaron el interés de la sociedad occidental por el arte y la cultura de las regiones más remotas. 

 Pablo Picasso descubre estas máscaras en casa de su amigo Henri Matisse, y muy especialmente en una exposición organizada en el Palais de Trocadero de París. El interés que despiertan en él es equivalente al que entonces generaban en otros países y movimientos, como el Dadá en Zúrich y Berlín o el expresionismo alemán de Die Brücke (El puente). Entre los años 1907 y 1909 Picasso crea una serie de obras influenciadas por los rasgos duros y marcados de estas máscaras. Es la época de Les demoiselles d’Avginon (1907), una de las pinturas más importantes de la trayectoria del artista y uno de los puntos de inflexión clave de su transición hacia el cubismo.

"Les oiseaux morts", 1912. 

En realidad, esta etapa está fuertemente unida a la del cubismo analítico. Son muchos los expertos que las consideran un solo periodo, aunque también hay numerosos investigadores que establecen una separación a partir del año 1909. 

 De hecho, en 1907 Pablo Picasso y su amigo y colega Georges Braque empiezan a trabajar para asentar las bases del cubismo, del que serían generadores y máximos exponentes junto con artistas como Juan Gris. 

 En esta etapa sus obras se visten de colores neutros, grises y tierras. Por primera vez, ambos empiezan a incorporan a sus lienzos una técnica fundamental: el collage, muchas veces pictórico (periódicos, trozos de madera y otros materiales pintados en imitación a los auténticos).  

“Arlequin”, 1917.

Los años transcurridos entre 1912 y 1919 implican una constante evolución en las obras cubistas de Pablo Picasso.

 Lejos de asentarse en un estilo y un movimiento que le garantizaba éxito y reconocimiento, el artista sigue investigando y alterando las imágenes de sus lienzos. Las obras continúan incluyendo la técnica del collage y empiezan a reflejar la figura humana: el tema del arlequín vuelve a aparecer, mientras que las sucesivas parejas del artista posan para modelos en distintas obras (Mujer con guitarra, 1911). En esa época son muchos los artistas que dejan su trabajo para luchar en el frente, durante la I Guerra Mundial. Él, por el contrario, permanece en su estudio y no abandona su producción.

Mujer con guitarra, 1911

Mujer con guitarra, 1911 Se trata de la obra que Picasso dedica a su nuevo amor, Eva Gouel, compañera del pintor Louis Markus. El apelativo cariñoso "Ma Jolie" aparece en el lienzo y forma parte del estribillo de una popular canción de amor de la época titulada Chanson herniare: "O Manon, ma jolie, mon coeur te dit bonjour" [Oh Manon, hermosa mía, mi corazón te dice buenos días]. 

En esta obra, al igual que en Mujer con mandolina, se llega a la culminación de la trascendencia metafísica del cubismo analítico: han desaparecido ya las últimas huellas de modelado plástico en favor de un gran espacio construido por medio de segmentos cada vez más pequeños, numerosos y transparentes. La inserción de palabras y frases, en éste como en otros cuadros, si por un lado ayuda a descifrar la imagen, por otro contribuye a hacer más compleja la composición. 

Ma Jolie prefigura por este motivo la fase posterior, que ocupará a Picasso y a Braque de 1912 a 1915 y en la cual los primeros elementos tomados de la realidad e incluidos en el cuadro serán precisamente los caracteres topográficos. Aislados o agrupados en breves frases, a menudo faltos de alguna letra, estos elementos remiten al ambiente exterior o a un objeto presente, por medio de su fuerza semántica. Se insertan en la estructura pictórica en tanto que imágenes. Empieza así el intercambio entre leer y ver que, iniciado por los surrealistas, harán progresar los cubistas hasta la culminación alcanzada en el dadaísmo. Ma Jolie, a pesar de la cita de la canción popular y el homenaje a Eva Gouel, sigue siendo una pintura enigmática y hermética.


Del Neoclasicismo al Guernica

"Un assis s’essuyant le pied", 1921

La obra de Picasso es viva, cambiante y siempre evolutiva. Sin encasillarse jamás en un estilo (una actitud abrazada por muchos de sus colegas), nunca dudó en recabar inspiración de todos los movimientos, escuelas y tendencias que le rodeaban o le precedían. 



 Tras acercase a la abstracción a través del cubismo, finalizada la I Guerra Mundial Picasso empieza a crear obras de inspiración claramente neoclásica. Son imágenes figurativas donde la presencia humana es poderosa, con volúmenes marcados y potentes juegos de luces y sombras. Aunque estas obras parecen significar un paso atrás en la evolución de su arte, no es así; la influencia surrealista provoca un nuevo acercamiento al primitivismo por parte de Picasso, que realiza piezas tan trasgresoras como Les trois danseuses (Las tres bailarinas, 1925).

En 1927 Picasso conoce y se enamora de la adolescente Marie-Therese Walter, quien será la modelo de una de sus series de grabados más conocida: la Suite Vollard, finalizada en 1937. La colección está formada por un centenar de piezas de inspiración neoclásica en las que aparece por primera vez una de las figuras más icónicas del artista, el Minotauro. A continuación, el artista regresa a la inspiración primitiva, cubista (e incluso expresionista) para pintar la que es probablemente la más famosa de sus obras: Guernica (1937), una poderosa denuncia de los horrores de la guerra inspirada en el ataque a la localidad vasca por parte de bombarderos alemanes e italianos durante la Guerra Civil española.

Guernica es una pintura mural al óleo elaborada en el año 1937 por el pintor, escultor y poeta español Pablo Ruiz Picasso (Málaga, España 1881-Mougins, Francia 1973).

Guernica no solo se ha convertido en la obra más representativa de Picasso, sino también en un poderoso recordatorio del terrible daño y sufrimiento que inflige la guerra a los seres humanos.


Terriblemente impresionado por los bombardeos de la aviación alemana sobre la ciudad vasca de Guernica durante la Guerra Civil española, pintó esta fantástica obra utilizando solo tres colores: blanco, negro y gris. Las figuras se retuercen y lloran entre los restos de la ciudad destruida, mostrando, así, el rechazo de Picasso a la guerra y a la violencia.

Se encuentra actualmente en el Museo de Arte Reina Sofía en Madrid, España. El cuadro fue un encargo del gobierno de la Segunda República en España para el pabellón español de la Exposición Internacional de París de 1937, en pleno contexto de la Guerra Civil española.

Picasso no recibió ninguna petición acerca del tema, de modo que demoró algún tiempo en hallar un concepto apropiado. A partir de esta situación, surgen una serie de dudas respecto a la génesis y tema real del lienzo.


Análisis

Guernica se considera uno de los cuadros más importantes de la carrera del pintor Pablo Picasso y del siglo XX, tanto por su carácter político como por su estilo, una mezcla de elementos cubistas y expresionismo, que lo tornan único. Cabe preguntarse qué representa, de dónde deriva su carácter político y cuál es el significado que el pintor le atribuye.

¿Qué representa el cuadro Guernica?

En la actualidad, existen dos tesis en debate sobre qué representa el Guernica de Pablo Picasso:

La más extendida defiende que se inspira en el contexto histórico de la Guerra Civil española.

.Más reciente y escandalosa, insiste en que se trata de una autobiografía.

Contexto histórico

La mayoría de las fuentes señalan que el cuadro Guernica representa un episodio enmarcado en el contexto histórico de la Guerra Civil española. Para entonces, Guernica —ubicada en Vizcaya, País Vasco—, estaba bajo el control de la Segunda República y tenía tres fábricas de armamento.

En consecuencia, el 26 de abril de 1937, la población de Villa Vasca de Guernica fue bombardeada por la Legión Cóndor de las fuerzas de aviación alemanas, apoyadas por la aviación italiana. El bombardeo dejó un saldo de 127 fallecidos, despertó la reacción popular y repercutió en la opinión pública internacional.

Una posible autobiografía

Tras el análisis de los bocetos para el lienzo y su datación, algunos investigadores se ha preguntado si realmente Picasso se propuso desde el inicio una representación deliberada de los bombardeos sobre Guernica.

En un artículo de Macarena García titulado ¿Y si el ‘Guernica’ contara otra historia?, en el que reseña el libro Guernica: la obra maestra desconocida de José María Juarranz de la Fuente (2019), se informa que la obra habría comenzado a realizarse antes de que se tuviera conocimiento de los bombardeos.

El tema inicial habría sido, según Juarranz, un relato autobiográfico familiar del pintor, que recorre su historia con su madre, sus amantes y su hija, la cual estuvo a punto de morir tras el alumbramiento. Esta hipótesis ya habría sido sugerida por Daniel-Henry Kanhweiler, marchante y biógrafo del pintor malagueño.

Cabe preguntarse, ¿puede un análisis iconográfico confirmar o invalidar esta interpretación? Veamos a continuación.

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Descripción iconográfica

En Guernica, Picasso aplica la técnica de la pintura al óleo en un lienzo de gran formato. es un cuadro polícromo, cuya paleta incluye negro, gris, azul y blanco, de modo que el pintor aprovecha al máximo los fuertes contrastes de claroscuro que estos colores permiten.

El cuadro refleja la dualidad de dos escenas en una: la parte izquierda parece el interior de una casa y la parte derecha el exterior, unidos y separados a la vez por umbrales.

El umbral es un símbolo importante en el imaginario artístico. Este se permite el tránsito del interior al exterior y viceversa, y comunica diversos espacios y mundos. Por lo tanto, cuando se cruza cualquier umbral, se pasa a una zona peligrosa de batallas invisibles pero reales: el subconsciente.

Para la unificación de los diferentes aspectos del cuadro, Picasso usa la técnica del cubismo sintético, que consiste en trazar una línea recta a lo largo del cuadro, unificando con ello las formas inconexas.

La luz en el cuadro es crucial para mostrar el dramatismo y la conexión entre los diferentes personajes al estar todos iluminados y todos juntos en este sufrimiento.

Personajes y figuras en Guernica

La composición de Guernica presenta nueve personajes: cuatro mujeres, un caballo, un toro, un pájaro, una bombilla y un hombre.

Las mujeres

Para Picasso, las mujeres son efectivas para mostrar el sufrimiento y el dolor, ya que les atribuye esa cualidad emocional.

Las dos mujeres que claman al cielo por justicia están una en cada extremo del cuadro enmarcando el sufrimiento. La mujer de la izquierda clama por la vida de su hijo, quizá símbolo del dolor psíquico, y nos recuerda la iconografía de la Piedad.

La mujer de la derecha clama por el fuego que la consume. Representa probablemente el dolor físico. Picasso consigue aumentar la sensación de encierro al circunscribir en un cuadrado.

Las otras dos mujeres crean movimiento desde la derecha hacia el centro de la obra. La mujer más pequeña parece absorta con la luz que emana la bombilla en el centro de la sala, por lo que su cuerpo (en diagonal) completa la composición triangular.

La otra mujer, semejante a un espectro, se asoma por una ventana portando una vela en dirección a la figura central del caballo. Ella es la única imagen etérea y la única que sale o entra por una ventana o umbral, transitando de un mundo a otro.

El caballo


Herido con una lanza, el caballo sufre contorsiones cubistas de cabeza y cuello. De su boca sale un cuchillo que tiene por lengua, el cual apunta en dirección al toro.

El toro

El toro al lado izquierdo del cuadro está sorprendentemente impasible. El toro es el único que mira al público y se comunica con él en una forma que los otros personajes no lo logran.

Pablo Picasso, en la década de los 30, hace del toro un animal recurrente en su iconografía hasta convertirlo en el símbolo del laberinto de su vida.

El pájaro (paloma)

El pájaro está muy sutil entre los dos animales fuertes del cuadro: el toro y el caballo. Pero eso no le impide graznar a los cielos de la misma manera que hacen las mujeres que se enmarcan a cada lado del cuadro.

La bombilla


La bombilla circunscrita en una especie de ojo, con rayos como un sol, preside el conjunto de la escena y da la sensación de observar por fuera todos los acontecimientos.

La bombilla interior juega con la ambigüedad y dualidad de no saber si es noche o día, interior o exterior. Nos transporta a un mundo fuera de este mundo.

El hombre

El hombre es representado por una sola figura, en el suelo, con los brazos abiertos extendidos y fragmentados.

Ubicado a lo largo del suelo de la parte izquierda, vemos su brazo amputado, aún empuñando una espada rota junto a una única y minúscula flor ubicada en el centro inferior del cuadro, representando quizá la esperanza.

Las rayas en el brazo simbolizan la flagelación. Esto, junto con sus brazos abiertos nos recuerda la crucifixión como sufrimiento y sacrificio del hombre.

Significado del Guernica

Pablo Picasso alcanzó a decir lo siguiente sobre su obra:

Mi trabajo es un grito de denuncia de la guerra y de los ataques de los enemigos de la República establecida legalmente tras las elecciones del 31 (...). La pintura no está para decorar apartamentos, el arte es un instrumento de guerra ofensivo y defensivo contra el enemigo. 

La guerra de España es la batalla de la reacción contra el pueblo, contra la libertad. En la pintura mural en la que estoy trabajando, y que titularé Guernica, y en todas mis últimas obras, expreso claramente mi repulsión hacia la casta militar, que ha sumido a España en un océano de dolor y muerte.

PICASSO: AMOR Y DESEO

Grabados realizados por Pablo Picasso reúnen el esplendor del artista desde su madurez hasta sus años finales a través de una mirada objetiva y libre que observa a las mujeres que amo.

Todas las obras expuestas en esta muestra  pertenecen a la  Fundación Picasso,  Museo Casa Natal, del  Ayuntamiento de Málaga (España).

La exposición de grabados de Pablo Picasso comprende 52 obras originales del artista, figura destacada del arte del siglo XX que incursionó en la pintura, el grabado y la cerámica.

Creador de estilos, fue fundador junto a Juan Gris y Georges Braque del Cubismo, uno de los movimientos más innovadores del arte contemporáneo. Picasso, a través de estas series, pone su atención en los motivos que siempre  le interesaron la mujer y la  re interpretación del arte.

Dos conjuntos están dedicados a mujeres que tuvieron importancia vital en su vida y obra.       Francoise Gilot, modelo y madre de dos de sus hijos y Jaqueline Roque, última modelo y compañera. A ellas dedicó estos grabados dando cuenta en ellos de como unió arte y pasión, plasmando en estas series diferentes momentos de sus vidas. La  pasión y los estados de ánimo  del artista se ven reflejados en la intensidad del grafismo, en las tintas y sobre todo en las expresiones.

En la serie “Entierro del Conde de Orgaz” Picasso recurre a su permanente búsqueda de los grandes momentos del arte universal. Indaga en su destacada obra de la pintura española para traducir ese acontecimiento en diversas expresiones donde da cuenta de su virtuosismo y de sus grandes dotes de innovador.

Esta muestra constituye una oportunidad única de apreciar en forma directa parte de la monumental obra del gran artista español. En estas obras se puede ver su oficio en las técnicas de aguafuerte, litografía, punta seca, aguadas y otros procedimientos de impresión de piedra, cobre y zinc. Además, el empleo de buriles, lápices y pinceles en tonos y tintas con las que lograba los especiales efectos sobre el papel. Se trata de grabados notablemente bien conservados que constituyen un patrimonio universal del arte.

FRANCOISE GILOT 1943-1952

Francoise Gilot
Picasso tiene 62 años. Françoise, 23. Sus brillantes ojos castaños y su actitud inteligente y soñadora le conferían una realidad bucólica. Pero también muy terrenal y física. Además le interesaba la pintura y tenía talento en este arte, cosa que no hizo sino entusiasmar más a Picasso. Su nivel social, de clase media alta, fue un atractivo más para el pintor.

Fue  su compañera por diez años, joven pintora y madre los dos últimos hijos del artista malagueño, -Claude (nacido en 1947) y Paloma (1949)-, es una musa constante durante esa década fértil e intensa. Su rostro se muestra sereno y a menudo enigmático, en un comienzo representado de forma difusa y serena o con trazos firmes y  esquemáticos, pasando a ser objeto de audaces  ejercicios de  composición. 

Poco más tarde, a medida que su relación se afiance, su  rostro aparecerá en retratos de mayor ambición y formato, en los que también es posible que de forma hierática la mirada de Francoise se  convierta en un desafío al espectador.


París, 22 de noviembre de 1945
Raspador y lápiz litográfico 
sobre piedra (5° estado)



Cabeza de joven (Franquise)
París, 10 de marzo de 1947
Raspador,  aguada y pluma 



                                         Cabeza de joven (Francoise)
París, 21 de diciembre de 1948
Lápiz litográfico, pincel
Raspador,  y papel de lija

La amante artista

Para cuando hizo el primero de los comentarios, ya era una celebridad internacional de 61 años que descubría a Françoise Gilot, una artista de 21 años que pronto se convertiría en su penúltima amante y madre de dos de sus cuatro hijos. Gilot conoció a Picasso en un ambiente de artistas, por lo que sus conversaciones giraban en torno a la pintura y sus técnicas, lo que probablemente la salvase del fatal destino de sus muchas otras amantes. El hecho de estar unidos por su vida profesional logró que ella no cayera víctima de la terrible influencia que sí atrapó a las otras mujeres de su vida, de las cuales cuatro acabaron sus días en una absoluta desesperación.


JAQUELINE 1955-1973 


Vivió junto a Picasso 18 años. El murió en mis brazos.

Picasso dijo una vez que no se ama a Venus, sino a una mujer. También dijo en sus últimos años, incluso después de haber pintado la prodigiosa serie ‘El pintor y su modelo’, que no se había enamorado nunca.

Sin embargo, una vez más se dejó vencer por otra mujer joven. Jacqueline tenía entonces 27 años. La separaban de él, 47. Casi medio siglo. Era menuda, más baja que Picasso (l, 50 cm) y Picasso 1,63 cm.

Siempre acicalada, rigurosa, abnegada y ciertamente estaba dispuesta a convertirse en la secretaria, mensajera, enfermera, amante, ama de llaves e incluso esclava y carcelera del pintor.

Cuando éste acepto vivir con ella, anunció: «Has entrado en sacerdocio.  Me llamarás monseñor». Y así fue. Jacqueline enjabonaba el cuerpo de Pablo a la hora del baño, le contemplaba durante su trabajo aunque cayera la madrugada y ella se durmiera en la silla. Al igual que las anteriores mujeres hizo de modelo una y otra vez.

Jacqueline Roque, su última compañera y esposa, con la que se casaría en 1961. Es otra presencia imprescindible en la obra de Picasso. La conoció como auxiliar en el taller donde realizaba cerámicas, y significó protección, estabilidad y paz para nuestro artista.

Su rostro, a menudo de perfil, comparece en elegantes grabados, en los que siempre es representada como un ejemplo de serenidad y de belleza  clásica, con formulaciones que se retrotraen  a los retratos manieristas del Penacimiento.

Jaqueline de perfil a la derecha
Cannes, 31 de enero de 1958
Aguada, láliz litográfico, raspador,
papel de lija y aguja sobre zinc
(2° estado)
 (Jaqueline)

Mujer con moño (Jaqueline)
Cannes, 28 de diciembre de 1957
Aguada, láliz litográfico, raspador,
Lápiz litográfico y aguja sobre zinc
(1° estado)



EL CUBISMO


Así, en 1907, pintó Las señoritas de Avignon, obra con la que inició el cubismo. Las figuras aparecían representadas desde distintos puntos de vista, sin respetar las leyes de la perspectiva tradicional creadas en el renacimiento. A partir de entonces, muchos artistas comenzaron a imitarle, lo que significó una auténtica revolución en la forma de pintar.


En esta obra, Picasso anticipa el cubismo, uno de los más importantes movimientos pictóricos del siglo XX.En 1937, realizó la que, probablemente, es su obra más famosa: 

 LA GUARNICA.

Terriblemente impresionado por los bombardeos de la aviación alemana sobre la ciudad vasca de Guernica durante la Guerra Civil española, pintó esta fantástica obra utilizando solo tres colores: blanco, negro y gris. Las figuras se retuercen y lloran entre los restos de la ciudad destruida, mostrando, así, el rechazo de Picasso a la guerra y a la violencia.


Durante los últimos años de su vida realizó una serie de pinturas inspiradas en grandes artistas, como Velázquez, El Greco, Delacroix o Manet. Murió en 1973.

Picasso es considerado el creador de la pintura moderna gracias a su revolución cubista.


A principios del siglo XX se produjo una auténtica revolución en la historia del arte. Surgieron una serie de nuevas formas de pintar totalmente diferentes a lo que se había hecho antes. Una de las más importantes fue el cubismo; su principal creador fue Picasso.



Picasso retrató en varias de sus obras a personajes de circo y teatro. Aquí podemos ver a Arlequín, con un traje a rombos, y a Pierrot, vestido de blanco.

Mujer desnuda en el sillón rojo de Pablo Picasso
Óleo sobre lienzo 73x80 cm
Tate Gallery , Londres
Dentro de la ingente labor de Picasso, ésta es una época estilísticamente imprecisa, en la que se combinan ciertos resabios del cubismo con un desenfadado faves y aun con una intención expresionista.

Mujer desnuda en el sillón rojo de Pablo Picasso. Óleo sobre lienzo 73x80 cm Tate Gallery , Londres.

Hacía el año 1932 Picasso pintó una serie de cuadros con mujeres sentadas o acostadas para las que posa Marie -Thérèse.

 De este mismo año data Mujer desnuda en el sillón rojo , que Picasso firmó en Bongeloup . que era por aquel entonces, la mansión campestre del pintor y, según su costumbre, durante unos días debió dedicarse a trabajar sobre este tema y sus variaciones, como se puede apreciar en un dibujo a pincel, todavía más curvilíneo, fechado el 30 del mismo mes.

En aquel año había encontrado Picasso a Marie - Térèse Walter, muchacha de sencilla belleza, que le inspira obras en la que expresa sin rodeos su sensualidad callada y plena, a quien por su mata de pelo rubio es fácil de reconocer en diversos cuadros de mujeres durmiendo, echadas o sentadas.

MUJER SENTADA CON SOMBRERO ROJO


Lo más característico de este cuadro -del que sólo se reproduce la parte central -es la superposición del perfil sobre el rostro de frente, dando a su fisonomía un cierto aspecto lunar.


Mujer sentada con sombrero rojo fue creada por Picasso usando una técnica de vidrio llamada gemmail (en plural: gemmaux) que consiste en sobreponer piezas de vidrio de colores, adherirlas con esmalte y después encenderlas.

Cuando es iluminado por detrás, la pieza captura la luz, que atraviesa a través de capas y texturas diferentes de vidrio. “Brilla como una joya”.





Las tres últimas décadas: de 1940 a 1973

"Cabeza de toro", 1942
Durante la II Guerra Mundial, Pablo Picasso permanece en un París ocupado por la Alemania nazi. Su producción sigue siendo constante; a la pintura, la escultura y el grabado se les suman la poesía y la dramaturgia (escribió dos obras teatrales). 

Tras la liberación de la capital francesa en 1944 el artista se centra en la escultura: una disciplina en la que comienza trabajando la alianza entre objetos, en la línea del concepto ready made iniciado por Marcel Duchamp. 

Esta investigación da como fruto obras como Cabeza de Toro (1952), y más adelante, La Cabra (1950). El original de yeso de esta escultura esconde distintos objetos de desecho recuperados de un vertedero: las ubres del animal son jarrones de terracota; el vientre, una cesta de mimbre; el lomo, la hoja de una palmera… Posteriormente el artista encargaría su fundición en bronce, en la cual los objetos quedan perfectamente integrados.
"La cabra", 1950.


Al tiempo que trabaja en su producción escultórica, Picasso no abandona la pintura. Su admiración por el trabajo de Velázquez, uno de los artistas que más estudió durante sus visitas de juventud al Museo del Prado, dará lugar a la serie Las Meninas (1957): un total de cincuenta y ocho lienzos que analizan, recrean y diversifican el original. La suite incluye también nueve obras que reflejan un palomar y un retrato de Jacqueline Roque (con quien se casó en 1961), realizado posteriormente. La idea del artista no era copiar o remedar a Velázquez, sino investigar las posibilidades de la obra original vista por otros ojos. Acerca de esta serie, Picasso declaró: “Si alguien se pusiese a copiar Las Meninas, totalmente con buena fe, al llegar a cierto punto y si el que las copiara fuera yo, diría: ¿Y si pusiera esta un poquito más a la derecha o a la izquierda? Yo probaría de hacerlo a mi manera, olvidándome de Velázquez”.

Las Meninas (serie) 1957

Durante los últimos años de su vida, Picasso se inspira en su esposa Jacqueline Roque para realizar más de setenta retratos. La producción del artista en su última etapa mezcla y combina todos los estilos desarrollados a lo largo de su vida. Es una producción compulsiva que se traduce en un constante flujo de creatividad, y que en algunos casos llega a avanzar algunas de las tendencias que llegarían tras su muerte en 1973. A día de hoy, la influencia de su trayectoria artística se refleja en todos los órdenes y las disciplinas del arte actual: desde la pintura a la escultura hasta la arquitectura, la instalación y la creación multimedia.





FUENTE: https://www.culturagenial.com/Alejandra de Argos.com/
EDICIÓN: Érika Rojas Portilla


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