domingo, 17 de septiembre de 2017

BANGLADÉS

Gônoprojatontri Bangladêš, según la ONU y la Unión Europea República Popular de Bangladesh). Es un país ubicado en el sur de Asia. 

Su territorio se encuentra rodeado casi


por completo por la India, a excepción de una pequeña franja al sureste donde limita con Birmania. Geográficamente, el país se sitúa en el terreno fértil del delta del Ganges, por lo que está sujeto a las inundaciones anuales provocadas por los monzones y los ciclones.     


Bandera de BANGLADES
La bandera de Bangladesh fue adoptada el 17 de enero 1972 y es muy similar a la bandera japonesa (excepto por el fondo verde). 

Originalmente, se   utilizó  una bandera con un mapa dorado del país, sin embargo este diseño fue abandonado  por  razones   de simplificación.   Por lo tanto, la bandera  se  compone de una banda  verde con un círculo rojo.   

Sin embargo, el círculo no se coloca exactamente en el centro de la bandera, sino que está desplazado ligeramente hacia la izquierda, lo que crea la ilusión de que el círculo se encuentra realmente en el centro cuando se iza la bandera

El círculo representa el inicio de la independencia o la salida del sol sobre la bahía de Bengala. El fondo verde simboliza el fértil paisaje local y también es un color tradicional del Islam.

VER: VIDA EN BANGLADESH: UN PAÍS SIN LUGAR



Junto con la provincia india de Bengala Occidental, constituye la región etno-lingüística de Bengala. De hecho, en bengalí, el nombre "Bangladesh" significa "país de Bengala".

Sus fronteras actuales se establecieron con la segunda partición de Bengala en 1947, cuando la región se convirtió en la parte este del recién formado Pakistán. Sin embargo, se encontraba separada de la parte oeste por 1.600 km del territorio indio. 



En 1971, la discriminación política y lingüística, así como el abandono económico, trajeron consigo una serie de conflictos con Pakistán, lo que condujo a la guerra de independencia y al establecimiento de Bangladés como una nación autónoma. 

La guerra de independencia y el genocidio de Bangladesh (1971)

Con tan sólo 50 años de historia, Bangladesh (o Bangladés) es uno de los estados más jóvenes de Asia. Desde el siglo XVIII y hasta después de la Segunda Guerra Mundial, Bangladesh estuvo bajo el control del imperio británico. Situado en la zona más oriental, la región de Bengala estaba dividida en dos partes, una occidental, cuya principal ciudad era Calcuta y que en la actualidad sigue siendo una provincia de India, y la oriental, que luego se convertiría en Bangladesh.

Mapa del imperio británico en India en 1909.


Tras la independencia en 1947, el antiguo Imperio Indio quedó dividido en dos, una zona de mayoría hindú, la actual India; y otra de mayoría musulmana, Pakistán, que quedaría a su vez separada en dos franjas, al este y al oeste de India. Así, la zona de Bengala oriental pasaría a formar parte de Pakistán a pesar de que ambas regiones se encontraban a más de 1.600 kilómetros de distancia, con India en medio, y que compartían poco más que la religión.

Pronto surgirían las diferencias. En 1948, Pakistán estableció el urdu como el idioma oficial del país, lo que causó protestas entre la población cuya lengua materna era el bengalí. En 1952, una protesta estudiantil por la defensa de la lengua terminó en una masacre, lo que incrementó el descontento social. Entonces, ya se había constituido la Liga Awami (1949), que se convertiría en la principal formación política nacionalista. Cinco años después de su formación, la Liga ganaría con una amplia mayoría las primeras elecciones regionales.

En 1958, Pakistán se convirtió en una dictadura y la oposición en la franja oriental creció. Las tensiones desembocarían finalmente en la Guerra de Liberación de Bangladesh que estalló en 1971 después de que la Liga Awami ganara las elecciones nacionales el año anterior. El 25 de marzo de 1971, el ejército pakistaní lanzó la operación Searchlight con el objetivo de acabar con la Liga y sus seguidores. Los militares asaltaron la universidad de Dacca y en las calles de la principal ciudad de Bangladesh fueron asesinadas unas 30.000 personas. El 10 de abril, la Liga Awami declaró la independencia del país.

La guerra continuaría, sin embargo, durante los nueve meses siguientes, periodo en el que se calcula que murieron entre 1 y 3 millones de bengalíes (Rummel, 1994). El 16 de diciembre de 1971 el ejército indio y el Mukti Bahini (o luchadores por la libertad de Bangladesh) vencieron a los militares pakistaníes y tomaron más de 90.000 prisioneros de guerra. La venganza de los bengalíes costaría la vida a unos 150.000 pakistaníes.

Integrantes del Mukti Bahini



El de Bangladesh es uno de los genocidios ocurridos después de la Segunda Guerra Mundial de los que menos se habla. Este capítulo sigue, sin embargo, grabado en la sociedad del país, donde se han iniciado varios proyectos para investigar qué ocurrió y dar a conocer esta parte de la historia de Bangladesh.  Uno de ellos es la página web de Omi Rahman Pial, un bloguero que investiga sobre los crímenes cometidos en 1971.

Después de la independencia, el nuevo Estado sufrió de hambrunas, desastres naturales y pobreza generalizada, así como agitación política y golpes militares. La restauración de la democracia en 1991 fue seguida por una relativa calma y un lento progreso económico.

VER: Los mas pobres de entre los pobres Documental



Bangladés es el octavo país más poblado destacando por su elevada densidad poblacional, la cual es comparable solo con la de pequeñas islas o microestados, pero inusual en países de gran extensión. Además de tener una tasa de pobreza muy alta; sin embargo, desde 1975 su PIB per cápita se ha duplicado y la tasa de pobreza ha caído en un 20 % desde comienzos de la década de 1990. 

Así, el país figura entre las economías de los "próximos once". Daka, la capital, y otros centros urbanos forman parte de la fuerza impulsora que ha posibilitado este crecimiento.


VER: Educo en Bangladesh: 'Antes de crecer', trabajo infantil.



NOTA:

Hazaribagh es un suburbio de Dhaka, la capital de Bangladesh, donde miles de personas trabajan en condiciones infrahumanas para tranformar 14 millones de pieles en el cuero con el que se confeccionan cada año las chaquetas, los bolsos y otros artículos de piel baratos que llenan nuestros armarios.

Esta industria, que reporta al país más de 350 millones de euros al año, emplea a miles de personas que trabajan más de doce horas al día por unos 40 euros al mes. Estos trabajadores, muchos de ellos niños, están expuestos a diario a sustancias tóxicas que queman su piel, causan cáncer y acabarán con su vida antes de cumplir los 50.

Amonio, ácidos, cromatos y mercurio son solo algunas de las sustancias altamente inflamables, explosivas y corrosivas con las que tratan a diario hombres y mujeres sin formación alguna, ni contrato. Los trabajadores no reciben ningún tipo de guía sobre cómo usar estos productos químicos y no tienen derecho a baja remunerada cuando enferman.

Ganando la mitad del salario, los niños también trabajan para la industria del cuero y no se rebelan; algo por lo que los sindicatos bangladesíes llevan años luchando, junto a la mejora de condiciones en el trabajo y de seguridad, sin resultado alguno.

Las consecuencias ambientales de la actividad en las curtidurías, 280 en el entorno de Hazaribagh, que cada día vomitan 15.000 metros cúbicos de residuos y lodos tóxicos que contaminan los ríos y el subsuelo. La única manera de salvaguardar a la población y al Medio Ambiente sería trasladar estas empresas fuera de la capital, o invertir en hacerlas más respestuosas con el entorno, pero eso dispararía los costes de producción e implicaría sacrificar parte de los beneficios. ¿Estaríamos dispuestos los europeos, principales consumidores de ese cuero, a pagar más por él?

La cadena de responsabilidad

La última gran tragedia en Bangladesh, el derrumbe del inmueble que albergaba cinco talleres textiles donde se producía ropa para destacadas marcas extranjeras, hizo saltar todas las alarmas sobre la situación en qué trabajan estas personas. Más de 1100 muertos y casi 2500 heridos han sido las víctimas de un obsceno sistema de producción al que seguimos alimentando consumidores, gobiernos, propietarios de fábricas y multinacionales, mientras eludimos responsabilidades.

VER: Bangladesh: Cuero Tóxico

 

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